Trabajando con los muertos. ¿Bueno, por qué no?
Indispensables y atemporales, las profesiones funerarias destacan por su seguridad laboral. Sin embargo, requieren habilidades técnicas específicas y cualidades personales. Además, estas actividades están sujetas a normas estrictas para garantizar el respeto a los fallecidos y la comodidad de las familias. Por lo tanto, la formación es crucial para convertirse en embalsamador y hacer carrera en el campo.
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ToggleLa profesión de embalsamador: un papel esencial
El término tanatopraxia proviene del griego “thanatos” (muerte) y “praxis” (acción o práctica). Designa así una actividad relacionada con la muerte. Históricamente, la práctica también se denomina cuidado de conservación o embalsamamiento. Sin embargo, la profesión está regulada debido a su carácter sensible. Por lo tanto, el estatus de tanatopractico ahora requiere capacitación y certificación del Departamento de Salud.
¿Qué es un embalsamador y cuáles son sus principales misiones?
El embalsamador es un profesional autorizado para practicar los cuidados de higiene y conservación necesarios de las personas fallecidas. Estos actos se definen, en particular, en el artículo L2223-19-1 del Código general de las autoridades locales. En principio, no son realmente obligatorios. No obstante, se recomiendan estos cuidados para poner el cuerpo del difunto en mejores condiciones y aliviar el shock para la familia. Para ello, el técnico se encarga, entre otras cosas:
● Limpieza y desinfección del cuerpo;
● La inyección de un producto de formalina para frenar la descomposición;
● Extracción de gases y fluidos del proceso de putrefacción;
● La incineración de fluidos fisiológicos;
● Vestir, maquillar y peinar al difunto;
● Contornear el cuerpo, si es necesario, con algodón, cera o incluso plástico.
En definitiva, el profesional se esfuerza por hacer que la persona fallecida esté físicamente más presentable mientras espera el funeral.
La importancia del embalsamador en el proceso de duelo
El embalsamador juega un papel decisivo en el proceso de duelo. De hecho, permite mejorar la presentación del difunto antes de la separación definitiva de sus seres queridos. Los deudos podrán entonces encontrar consuelo al recordar la serenidad de su ser querido. Además, el profesional apoya, escucha y asesora a los familiares de los desaparecidos en estos momentos difíciles.
Orientación educativa y formación para ser embalsamador.
Para convertirse en embalsamador es imprescindible aprobar el examen nacional que organiza cada año el Ministerio de Salud. Esta prueba es imprescindible para la obtención del diploma oficial de embalsamamiento. Por el contrario, el curso es menos restrictivo. Basta con seguir una formación dedicada a las profesiones funerarias.
Prerrequisitos académicos necesarios y cualidades personales.
Las cualidades personales son cruciales para trabajar en el sector funerario. Permiten ser eficaces en el cuidado de los fallecidos y en el apoyo a las familias. En detalle, se supone que el embalsamador tiene ciertos valores y cualidades como:
● Autocontrol y estabilidad emocional;
● La capacidad de trabajar solo;
● Empatía y tacto;
● Paciencia y discreción;
● Humildad y respeto por los demás;
● Rigor y minuciosidad.
Este último punto es decisivo a nivel técnico para garantizar una atención impecable y de calidad a cada persona desaparecida. Académicamente, el nivel de bachillerato es el único requisito previo para la formación en embalsamamiento.
El curso de formación: etapas, duración y costes.
El futuro embalsamador deberá, ante todo, ser mayor de edad y estar en posesión del título de bachiller o equivalente. En efecto, es mejor tener una licenciatura para seguir las bases científicas del embalsamamiento, las técnicas médico-legales, la conservación y restauración de cadáveres… En términos de establecimiento, la formación la proporcionan en particular:
● Entrenamiento del acento;
● Agencia de Formación Nova;
● La Escuela Francesa de Ciencias y Cuidados Mortuorios (EFSSM);
● Escuela de Formación Funeraria Les Alyscamps (EFFA);
● El Instituto Francés de Thanatopraxie;
● La Universidad de Angers;
● Universidad Claude Bernard Lyon – Instituto de Medicina Forense;
● El Centro de Capacitación JM Embalsamador…
En general, la formación dura al menos 190 horas, o dos semestres o un año, para preparar el examen nacional de embalsamamiento. El coste, sin embargo, dependerá del establecimiento de que se trate.
Los desafíos y recompensas de la profesión de embalsamador
La confrontación regular con la mortalidad es uno de los principales desafíos en la profesión del embalsamamiento. Con el tiempo, la experiencia puede volverse demasiado estresante para el profesional. Estos últimos estarán entonces expuestos a la desmotivación o incluso a la depresión.
Prejuicios, desafíos emocionales y físicos.
Diariamente, el embalsamador debe superar diversos desafíos, como los prejuicios. Esta profesión también está asociada a una imagen bastante negativa en el imaginario colectivo. Como resultado, los principiantes pueden tener dificultades para afrontar esta situación además de los desafíos emocionales y físicos. De hecho, será necesario trabajar con pacientes inanimados y familias en duelo.
Los momentos gratificantes y de satisfacción del papel social desempeñado
A pesar de su exigencia física y emocional, el embalsamamiento resulta especialmente gratificante si se ve el alcance de su actividad. Los cuerpos se encuentran, por un lado, en un estado que evoca serenidad. Por otro lado, que esta persona descanse en paz generalmente ayuda a aliviar el dolor de las familias. También es una actividad que contribuye al buen funcionamiento de la sociedad.